Yoga

Decidi volver a mi antigua pasion, la de practicar yoga. La tenia abandonada, es cierto, a pesar de los tantos beneficios que me traia para liberar estres, sanar dolencias musculares o simplemente relajarme un ratito y no pensar en nada mas.

Aun cuando muchas veces prefiero ejercicios mas movidos, ya sea correr, jugar baloncesto o simplemente saltar la cuerda en el patio, esta actividad me gusto desde el principio, antes de que fuera locura hollywoodense o iman para vender videos a los fanaticos de la salud fisica y mental.

Cuando termine con mi rutina de hoy, me dispuse a llamar a mi hermana para contarle, casi en extasis que al fin habia logrado perfeccionar una de las posiciones que mas trabajo me habia costado antes, que es la del perro invertido, pero mientras hablaba a todo grito desde la sala (es que la comunicacion no estaba muy buena hoy desde su celular) no me percate que mi suegra y una de mis cuñadas estaban en la cocina conversando con mi pareja, asi que segui con mis exclamaciones de jubilo, diciendo a grito pelado 'ayy no sabes que feliz me siento, Cristina, al fin pude hacer la posicion del perrito sin quebrarme la espalda, ademas me di cuenta que es fabulosa, se siente divinaaaa'

Y en esas estaba cuando al ir por un vaso de agua me encontre la mirada atonita de las tres personas, que desde el otro lado de la barra del desayuno me veian de arriba a abajo como diciendo 'que tan dificil seria esa posicion del perrito que a esta casi se le quiebra la espalda?' pero ni tiempo tuve de explicarles que me referia a la famosa posicion de yoga, y no a la otra, pues ya ellos estaban pestañeando y cambiando el tema de conversacion... o sea, otra vez me toco ser la protagonista de la historia de fin de semana, que le vamos a hacer, jejeje